domingo, 27 de febrero de 2011

SAIGON, HO CHI MIN, VIETNAM

Para no perder la costumbre nos levantamos prontito, a las 6.30 estamos en la “recepción” con la mala suerte que el chico nos dice que hemos llegado tarde y el taxi que nos tiene que llevar a la estación de bus se acaba de ir. Perdona? Que hemos llegado tarde? Pero si son las 6.30? Nos dice que era a las 6.20. Es mentira porque lo tenemos apuntado en un papel, escrito por su jefa!
Buenos días Vietnam!
Nada que dice que cojamos una moto-taxi y que la paguemos nosotras, pero este transporte ya lo hemos pagado… paciencia con estos vietnamitas… aix!
Después de discutir un rato nos lo paga él. Nos asigna una moto a cada una y vamos para la estación de bus. Cuando llego le digo “Thank you” a mi motorista y me dirijo al bus, el chico me persigue y me dice que le pague; muy amablemente le digo que se lo va a pagar el hotel, él no se queda convencido pero a mí me da igual y me subo al bus; en menos de tres minutos él se sube al bus reclamándome el dinero, era 1$ no mucho, pero no le pensaba pagar algo que ya había pagado y se lo tenían que dar en el hotel. Al final se ha ido pero a regañadientes.
En un abrir y cerrar de ojos nos hemos plantado en Saigón.
Bajamos del bus tranquilamente, nos acechan 10 moto-taxis, y nosotras tranquilamente cogemos la guía haber donde tenemos que ir, nos lo remiramos… ellos ya desesperados llaman a un policía que se acerca, habla perfectamente inglés y nos echa una mano, el precio de la moto-taxi nos parece demasiado caro y nos lleva a coger el bus número 2 que es el que va nuestra zona. El precio del bus es de 4$ cada una, y el chico que vendía los tiquetes nos quería cobrar 8$ cada una, porque también contaba el bulto de las mochilas… pero haber… que está pasando? Le decimos que no y el chico insiste, y un vietnamita buen hombre se ofrece a pagar él mismo lo que nos falta y entonces el vendedor de tickets ha dicho que no hacía falta.
Hemos caminado un rato para encontrar un sitio para dormir que nos gustara calidad-precio.  Nos alojamos en Hanh Chuong Hotel, en una habitación con aire acondicionado, ventilador, agua caliente (ah! Tenemos bañera) y por el módico precio de 16$ con regateo incluido, ya que como tiene una ventanita valía 18$.
Hemos dado una vuelta buscando un sitio para hacer el lunch y hemos encontrado un restaurante muy mono en el cual he bebido un shake de yogur, aguacate y banana y para comer una hamburguesa vegetariana con setas, queso y tomate a rodajas. Qué bien que he comida! Buenisimoooo!!
Para bajar la comida hemos ido andando hasta el Museo de los Vestigios de la Guerra. De camino al museo nos hemos encontrado con nuestro amigo alemán con la bicicleta! Que gracia! Nos vamos encontrando por todos sitios, el mundo es un pañuelo.
Del Museo de los Vestigios de la Guerra, que contar? Todo el museo está bien documentado fotográficamente sin censura, son las fotografías más fuertes y escandalosas que he visto en la vida.
En la planta baja están todas las manifestaciones que se hicieron en todo el mundo contra la guerra del Vietnam, incluso explicaban que había gente en USA que se había quemado viva en señal de protesta.
La segunda y tercera planta eran fotografías de la guerra, de la pura y dura guerra, hay fotos que se me han quedado marcadas, una de ellas era un señor mayor, tirado en el suelo, no podía andar por que las piernas no le respondían, estaba llorando porque sabía que lo iban a matar, o quien sabe, a lo mejor también lo torturarían. Otras fotos que me han impresionado han sido las de los niños o bebes mutilados, ha sido horroroso, hay cosas con las que no puedo, esta sección la he pasado volando.
Otro factor a tener en cuenta es que el ejército de USA roció con el “agente naranja”, un herbicida para matar toda la selva del país, ocasionando 500.000 muertes humanas y 650.000 personas con dolencias crónicas como malformaciones.
Era necesaria esta guerra? Son necesarias las guerras? Creo que no. Somos MUY afortunados por no haber vivido una guerra en nuestra existencia.
Saliendo de aquí hemos ido a dar un paseo por un mercado, donde casualmente también nos hemos encontrado a nuestro amigo australiano que conocimos en Phu Quoc.
Nos hemos acercado hasta el Saigón River y no tiene nada de especial, pero nos han cautivado dos niños con sus mamis haciendo volar las cometas.
Hemos ido a cenar en el mismo sitio que hemos comido al mediodía, Chi’s Bar, otro batido buenísimo y un bocata de queso con tomate, que bien cambiar un poco los noodles y el arroz. Nos ha acompañado el alemán de la bicicleta que nos lo hemos encontrado paseando por allí.
Anécdota del día: aquí en Saigón es increíble la de tráfico rodado que hay, montones de motos. Para pasar la calle, no hay semáforos, pues hay que tirarse a la piscina, contar hasta tres e ir caminando tranquilamente y despacio dejando que las motos te vayan esquivando.

                                                  pasando la calle en Saigón

2 comentarios:

  1. NENESSSSSSSSSSSSSSSSSSS!!vigileu amb aquests vietnamites que no us aixafin ehhh!!!deunido com hi van, no respecten res!!!això ho fèssim aquí i els municipals i mossos es forrarien encara més!!!

    ResponderEliminar
  2. jajajaja tia jo al principi no m'atrevia a creuar els carrers.... però després t'adones que és qüestió de tancar els ulls i anar caminant.... tenen una gran habilitat per esquivar-te..!!!! Enjoyyy i paciència amb el vietnamites.... són uns plastes peseteros però no deixeu de disfrutar d'aquest país per culpa de 4 arpies pesseteros... vietnam és preciós!!!

    ResponderEliminar